Un poder notarial es un documento público en el autorizamos a una persona o empresa para que actúe como representante nuestro en determinados actos jurídicos. Siempre que quiera actuar en nuestra representación deberá acreditarlo con la exhibición de la copia autorizada del poder.

El poderdante (la persona que concede el poder) es libre de revocar el poder en cualquier momento, solicitando al representante la devolución de la copia autorizada del poder. Si esta persona se negase a devolverlo,  sería conveniente para evitar problemas realizar una una escritura de revocación del poder y notificar esta revocación al representante a través de un notario, que no tiene porqué coincidir con el profesional ante el que se otorgó inicialmente el poder.

Existen diferentes tipos de poderes, lo que exige una redacción y tratamiento personalizado de cada uno. Consulte a su notario para que pueda asesorarle sobre cuál es el más adecuado a sus intereses. También hay que tener  en cuenta que existen algunas situaciones en las que no se permite la representación y el poder notarial carece de validez.

Es bueno saber que los poderes notariales españoles tienen reconocimiento internacional, gracias a la apostilla se certifica la autenticidad de los documentos públicos expedidos en otro país (únicamente entre países firmantes del Convenio de la Haya , que en la actualidad, son la gran mayoría).

Además, la firma electrónica reconocida entre notarios permite ahorrar tiempo en trámites ya que de manera inmediata se puede remitir telemáticamente copias autorizadas de poderes entre diferentes notarías sin que sea necesaria la copia autorizada en papel.